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LOS CAMBIOS Y LA ACTITUD POSITIVA

Es un verdadero placer reencontrarnos y poder compartir la presente edición con cada uno de nuestros amables lectores y seguidores de la publicación del Instituto Randall. Debido a la pandemia ya conocida, se ha suspendido la edición anterior y desde el mes de noviembre estaremos con Ustedes en forma mensual y en formato exclusivamente digital, compartiendo novedades del mundo de la medicina y de lo que disponemos en el Instituto para seguir ayudando a los pacientes que confían en nosotros, como lo hacemos desde el año 2002. Siempre hemos vivido cambios que la naturaleza nos ha impuesto. Algunas veces importantes. No hay dudas que al mundo lo gobierna una serie de leyes naturales atemporales e inmutables. Una de esas leyes es que la naturaleza siente amor por el cambio. Cambian las estaciones. Cambia la flora. Cambian los animales cuando crecen y se desarrollan. Y lo mismo ocurre en nuestras vidas, que se desarrolla en forma de sucesivos cambios. Debemos entender y aprender a sintonizar con esos cambios. Debemos adaptarnos para que nuestra vida no sea un caos.

Debemos disfrutar siempre de cada cambio, aprender a ser agradecidos y ser seres con gran humanidad. Esta pandemia a causa del virus ya conocido por todos, nos ha sorprendido y sobre todo nos enseña que frágiles y pasajeros somos los seres humanos. De nada vale la riqueza material. De nada vale la soberbia ante tan sorprendente cuadro. Los conocimientos científicos son superados y avasallados por tan abrumador cambio. ¡¡Nadie es más en el mundo!! Aprendemos que si bien hay diferencias sociales y económicas, todos estamos expuestos y preocupados ante la incertidumbre. Ahora más que nunca, como ser felices ante tan- tas incertidumbres y turbulencias en el mundo. Sin embargo los seres humanos buscamos felicidad duradera desde siempre, sin entender que la felicidad esta en cada uno de nosotros, en nuestro interior y en nuestro espíritu. No tenemos muchas alternativas para seguir adelante. No tengamos miedo. Si, respeto y aprendamos a convivir en forma adecuada. No solo este virus ha matado tantas personas. También tenemos otras preocupaciones que no debemos dejar de lado. Debemos luchar cada día por un único objetivo que es conseguir una paz y una felicidad interior, independiente de lo que ocurra en el exterior. Hay que entender que no podemos controlar la vida, pero si se puede controlar la manera de interpretar y procesar lo que sucede en nuestro entorno. Aristóteles decía que “La belleza de un alma se trasluce cuando un hombre sobrelleva sin perder la compostura un grave infortunio tras otro, no porque no lo sienta, sino porque es un hombre de gran temple”. Finalmente recordemos que los seres humanos estamos hechos para los desafíos, para desarrollar y manifestar nuestras grandezas y debilidades. Pero por sobre todo estamos hechos para servir a los demás, a la sociedad y al país. Para ello, nuestra actitud positiva debe ser firme e inclaudicable. Nuestra fé, inquebrantable y nuestro es- fuerzo diario en cambiar cada uno para intentar ser mejores.

¡¡¡Hasta pronto!!!

Dr. Celso Fretes Ramírez.

Director del Centro de Columna
y Terapia del Dolor

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